Los niños de la calle surgen principalmente por dificultades en el área del
funcionamiento y la estructura familiar, lo cual incluye el maltrato infantil
como una forma tradicional de crianza.
Así lo
estableció un estudio elaborado por el Instituto Mundo Libre entidad
organizadora de la XXIV Conferencia Mundial de Comunidades Terapéuticas que se
realizará en Lima hasta el martes 10 de los corrientes. Otro de los elementos que obliga a los menores a buscar refugio en las calles es el aislamiento familiar como producto de las migraciones, elemento por el cual se origina que los menores que se fugan no tengan espacios familiares alternativos en los que puedan hospedarse.
A ello se añaden las características propias del menor como son la adolescencia precoz en un contexto social y familiar que desde ya es anómalo.
Los niños en alto riesgo son aquellos cuyas condiciones de existencia los exponen a peligros que puedan afectarlos desde el punto de vista físico como moral. Los mismos enfrentan problemas de orden familiar, social, económico, de salud, de aprendizaje y de conducta.
Este grupo de menores tiene edades que fluctúan entre los 7 y 17 años, viven y duermen en las calles, han roto total o parcialmente los vínculos con sus familias, encontrándose en un estado de abandono moral y material, siendo por lo general consumidores de drogas y en especial de inhalantes.
“Por lo general provienen de familias desestructuradas, víctimas del maltrato físico, con importantes problemas económicos y elevados índices de deserción escolar. Son niños y adolescentes que se han fugado de sus hogares de origen”, se precisa.
En cambio los niños abandonados son aquellos que involuntariamente sufrieron una separación de su familia por iniciativa propia de alguno de sus padres que los regalaron o dejaron en la puerta de alguna casa o institución, incluyéndose también en esta definición a quienes perdieron contacto con sus familias sin poder dar razón de ellos.
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